A lo largo del tiempo se va acumulando cal en su lavadora. La cal no sólo causa daños en las resistencias, sino también en el tambor, las mangueras y las tuberías. Puede destruir la resistencia. Las mangueras atacadas por la cal pierden su estanqueidad y pueden provocar daños en la lavadora. Además, la cal perjudica el resultado del lavado. Precisamente a bajas temperaturas no se eliminan todos los restos de detergente del interior de la lavadora. La consecuencia puede ser la formación de moho, bacterias y, finalmente, olores desagradables. También hay otros aparatos que se ven atacados por los efectos de la cal. Para remediarlo se recurre a menudo a productos antical del supermercado. Además del trabajo y del gasto, estas sustancias químicas causan daños a largo plazo en los aparatos y en el medio ambiente.

La cal no sólo causa daños a largo plazo, pero deja diariamente sus huellas visibles. Utilizamos agua continuamente, ya sea para ducharnos o para cocinar, lavar la ropa o limpiar. Por lo tanto, tampoco nos escapamos de su molesto acompañante: la cal. Precisamente en el baño, los depósitos de cal son muy molestos y obligan a limpiar arduamente las superficies y las griferías, generalmente con la ayuda de productos químicos. El agua blanda tiene otro efecto positivo: generalmente se necesita una menor cantidad de producto y aplicar menos fuerza, por ejemplo al limpiar los cristales.